Espíritu Emprendedor TES 2019, Vol 3, No. 1, enero a marzo 1- 24
Artículo Científico
Indexada Latindex ISSN 2602-8093
DOI: https://doi.org/10.33970/eetes.v3.n1.2019.126
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Revista Trimestral del Instituto Superior Tecnológico Espíritu Santo 10
económicos de un país, que, a su vez, determinan su nivel de productividad. Según este
organismo, las economías competitivas son aquellas que presentan mayor probabilidad de crecer
de forma sustentable e inclusiva, lo que representa que en esta misma proporción, los miembros
de la sociedad se beneficien con los frutos del crecimiento económico logrando una mejor
calidad de vida. Para la medición de la competitividad a nivel internacional, el FEM (2008) creó
el Global Competitiveness Report (GCR), dividiendo la medición en dos partes, la primera es el
índice de competitividad del crecimiento (Growth Competitivenesss Index GCI) y la otra parte es
el índice de competitividad de los negocios (Business Competitiveness Index BCI).
En el reporte citado se busca evaluar el potencial de las economías del mundo para lograr
un crecimiento económico sostenido en el mediano y largo plazo. El Reporte de Competitividad
Global, incluye la medición anual de 137 países, teniendo como referente factores de medición
como instituciones, infraestructura, ambiente macroeconómico, salud y educación básica,
educación superior y capacitación, eficiencia del mercado de bienes, eficiencia del mercado
laboral, desarrollo del mercado financiero, preparación tecnológica, tamaño del mercado,
sofisticación de los negocios e innovación. Por su parte, el International Institute for
Management Development (IMD, 2008) desarrolló un método denominado World
Competitiveness Yearbook, el cual consiste en analizar y calificar la habilidad de las naciones
para crear y mantener un entorno que apoye la competitividad de las empresas, siguiendo el
modelo de competitividad propuesto por Michael Porter.
Por otra parte, instituciones como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE), el Banco Mundial, El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y otros
autores, han propuesto varios indicadores para medir la competitividad, entre los que se
encuentran: la tecnología, innovación, mercadotecnia, recursos humanos, capacidades directivas,
recursos financieros, cultura, calidad, producción, logística, organización interna, compras,
investigación y desarrollo e interacción con proveedores y clientes. Para la OCDE citado por
Cabrera, López, y Ramírez, (2011) los elementos que contribuyen a la competitividad de la
empresa son:
“a) la exitosa administración de los flujos de producción y de inventarios de
materia prima y componentes; b) la integración exitosa de planeación de mercado,
actividades de I+D, diseño, ingeniería y manufactura; c) la capacidad de combinar
I+D interna con I+D realizada en universidades, centros de investigación y otras
empresas; d) la capacidad de incorporar cambios en la demanda y la evolución de
los mercados; e) la capacidad de establecer relaciones exitosas con otras empresas
dentro de la cadena de valor”. (pp. 23, 24.).
Para medir la competitividad empresarial se deben tener en cuenta todas las áreas de la empresa,
producción, mercadeo, talento humano, innovación y desarrollo entre otras. Desde el enfoque de