Espíritu Emprendedor TES 2023, Vol 7, No. 3 julio a septiembre 21-38
Artículo Científico
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ISSN 2602-8093
DOI: 10.33970/eetes.v7.n3.2023.342
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Revista Trimestral del Instituto Superior Universitario Espíritu Santo
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enorme potencial de crecimiento rápido, que les permite sobrevivir los primeros años luego del
lanzamiento, los cuales son considerados torales en la vida de una empresa.
La concepción de Incubadora de empresas, se originó en Silicon Valley, California, en la década
de los 50 siguiendo la iniciativa de la Universidad de Stanford, que creó un parque industrial y
más tarde, un parque tecnológico (Stanford Research Park), con el objetivo de promover la
transferencia de tecnología desarrollada en la Universidad hacia las empresas y la creación de
nuevas empresas de gran peso tecnológico, principalmente en la industria electrónica, siendo el
éxito de esta experiencia lo que ha favorecido la replicación de iniciativas similares Huffman y
Quigley, 2002 citado por (Ortíz-Ordaz et al., 2018).
El período de incubación de empresas varía según el proyecto y su etapa, el tiempo estimado de
pre-incubación es de 6 meses, pudiendo extenderse a 12 meses, la etapa de incubación
comprende de los 12 meses hasta los 36 meses y en la etapa de post-incubación, puede
extenderse hasta por 12 meses (Bóveda et al., 2015).
Bollati (2015), a partir del análisis de las variables incluidas en Nodriza (2005), propone dos
modelos de incubación teóricos puros, el tradicional modelo A y el nuevo modelo de base
tecnológica modelo B. Mientras que una incubadora de empresas modelo A tiene como objetivo
apoyar a sectores tradicionales de la economía a través de nuevas tecnologías, un modelo B es
una incubadora centrada en la tecnología o diseñada para apoyar a empresas de alto valor
agregado o alta tecnología.
Según Llenque Tume (2016), el país más avanzado de América latina en cuanto al desarrollo de
incubadoras de empresas es Brasil, que comenzó a trabajar en incubación en 1984, cuando se
crearon cinco fondos para la transferencia de tecnología de las universidades al sector productivo,
de modo que a fines de ese año se inauguró la primera incubadora de empresas, primera de su
tipo en América Latina, y desde entonces se han creado casi 300 incubadoras de empresas en
todo Brasil.
Padilla Perez (2013), nos indica que los gobiernos, la academia y el sector privado de América
Central, reconocen cada vez con más la importancia de la ciencia, la tecnología y la innovación
(CTI) como motor de la sostenibilidad. En algunos casos, se han logrado avances con respecto al
marco institucional y el fortalecimiento de las capacidades de los actores nacionales, pero aún
existen grandes brechas en el desempeño de la innovación en comparación con las pequeñas
economías desarrolladas e incluso en otros países latinoamericanos como Brasil.
La Constitución de la República de Honduras (1982), en su artículo 160, establece que la
Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), es el ente rector de la educación superior
en Honduras. El Consejo de Educación Superior como órgano que rectora el sistema de
educación superior, aglutina veinte centros de enseñanza en este nivel, seis de carácter público y
catorce de naturaleza privada y en cumplimiento de dicha potestad constitucional, la UNAH ha
brindado un acompañamiento directo al Estado en el fortalecimiento de la enseñanza superior
(Paz Maldonado, 1969).